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Home » Economía

USTED Y LA RESURRECCIÓN

Orvin Aguilar Posted On mayo 14, 2019



FINANZAS PERSONALES

POR ING. FRANCISCO MORALES h.

Sea cual sea su idea de Jesús Cristo; no puede discutirse su existencia, pues es el único personaje en la historia cuya existencia ha marcado un antes y un después en la historia misma, que se divide en: Antes y Después de Cristo.

Para los creyentes, Jesús es Dios hecho hombre y si así fuera, según un científico cristiano que escuché a través de una conferencia en la Universidad de Oxford, Inglaterra, es entonces, muy fácil conocer la naturaleza de Dios, pues tan solo hay que estudiar el actuar de Jesús en su vida terrenal.

Y hablando de científicos (al parecer voy a tomar un desvío ahora inevitable del tema central del artículo aunque intentaré volver a él lo más rápido que me sea posible), viene a mi mente una plática que por razones de trabajo sostuve con un médico especialista en regeneración celular cuyo campo de acción lo llevó a estudiar a detalle el papel clave de las células madre en la medicina regenerativa, tema del cual no sé nada ni mi carrera tiene nada que ver con el asunto, pero al momento de la plática, yo trabajaba en el área comercial de una droguería y me tocó atender al médico, graduado de Harvard, que representaba un laboratorio con el cual se mantenían vínculos comerciales.

Interesado como siempre en saber sobre temas que desconozco completamente, le pedí al doctor que me explicara su trabajo en los términos más simples posibles y un tema llevó a otro y terminamos hablando sobre la existencia de Dios.

Me comentó que había sido un ateo y que siempre consideró la historia de un Dios creador de todo lo visible y lo invisible, como cuentos infantiles escritos para mentes débiles subdesarrolladas que necesitaban más tener fe que investigar y descubrir; creencia que mantuvo durante sus estudios como médico general pero que comenzaron a cambiar debido a sus estudios celulares y fue ahí cuando se le vino a su mente, el Dios creador de lo invisible.

Me dijo que la “exquisita perfección” que encontró al estudiar el cuerpo humano y los órganos y sistemas que lo componen desde el punto de vista celular, de regeneración celular y código genético, solo podía obedecer a la obra de un diseñador minucioso, que la perfección que encontró y de la que es testigo gracias a sus estudios e investigaciones, no podía ser obra de la casualidad sino de un diseñador que hoy le llama Dios.

Según este médico, a pesar de los miles de años dedicados al estudio de la medicina, la ciencia médica está lejos de comprender el diseño del cuerpo humano, no digamos el de la creación entera.

A manera de ejemplificar sus estudios, desde el punto de vista de un ateo, en los términos más simples, me comentó que el orden celular y molecular encontrado, equivaldría a entrar a una enorme biblioteca inmaculada, perfectamente ordenada alfabéticamente, con sus anaqueles limpios y pulidos y creer que todo es obra de la casualidad y que el bibliotecario no existe.

Otro ejemplo que utilizó, para describirme su ateísmo, al ser este médico fanático de los carros europeos deportivos, es que siendo él parte de una elite de mecánicos que les toca estudiar el más avanzado auto deportivo jamás creado, llegar a la conclusión, de que el perfeccionamiento de cada una de sus piezas, su insuperable ubicación, su inmaculado desempeño, la independencia de cada uno de sus sistemas que trabajan en conjunto para darle su performance independientemente de las decisiones del piloto; sea todo obra de la casualidad y la máquina entonces no tenga un creador sino que se haya formado espontáneamente; lo que cualquiera consideraría una locura concluyó.

Terminó diciéndome que aunque estaba, sin lugar a dudas, seguro de la existencia de ese creador, de ese Dios, todavía no consideraba conocerlo aunque sí conocía su obra, tampoco estaba seguro de que se pudiera comunicar con él aunque comenzaba a dar cabida a la oración como una forma de comunicación con ese ser creador.

Volviendo al tema central del artículo, este recién pasado domingo de resurrección, conmemoramos que Jesús venció a la muerte.

En esta vida, nos toca enfrentarnos a muchas muertes, la muerte de una relación, la muerte de negocios, la muerte de nuestros sueños profesionales y financieros y Jesús al vencer la muerte, nos invita a darles nueva vida a aquellos sueños personales, familiares, profesionales y financieros que hemos dejado morir.

¡Aprovechemos la oportunidad!





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