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EL TREN DE LA ANTIPOLITICA

Orvin Aguilar Posted On febrero 20, 2019



Los partidos democráticos como el Liberal y el Nacional, requieren de las elecciones internas para sanar ciertas dolencias.

Estamos padeciendo, como la padecen muchos países del mundo, una oleada creciente de desprecio hacia el trabajo político, algunas veces de manera fundada, pero en muchas de ellas el rechazo proviene de personas que atacan a la política siendo beneficiarios del resultado de la política. Se necesita haber estado fuera del contexto político para convertirse en rival de los políticos, pero cuando la crítica proviene de una persona que forma parte de la estructura política, por la cual desempeña una función pública debidamente remunerada, la crítica es tan inaceptable como inmoral.

Venimos a este punto después de escuchar una airada censura a los políticos de parte de don Omar Rivera, miembro de la comisión depuradora de la policía, en donde ha hecho hasta ahora un buen papel junto a los demás miembros. Es tan activo don Omar Rivera que completa su misión depuradora escribiendo auto-entrevistas, que envía por montón a los correos de los medios informativos. Pero, no bastándole el puesto que le han dado los políticos, decidió montarse al tren de la anti-política.

Y como pareciera que lo suyo últimamente es más hablar que otra cosa, no teniendo nada más que hacer, da rienda suelta contra los políticos, a los que califica de “caballos” porque  equis político de uno de los partidos presentó la iniciativa para que se adelanten las elecciones internas, lo cual a don Omar Rivera le ha parecido una “caballada” un retroceso, en fin, a don Omar se le soltó la histeria que no le conocíamos. Una crítica en este sentido lo retrata como un pobre conocedor de los asuntos políticos de los partidos, especialmente de los dos partidos históricos, Liberal y Nacional, que aunque muchos jóvenes lo desconocen, son las dos grandes instituciones de derecho público que han sostenido y siguen sosteniendo la democracia en nuestro país.

Las elecciones internas son indispensables para que los partidos puedan sanar  algunos males que los corroen, y que de no hacerlo corren el alto riesgo de que ciertos elementos tóxicos los puedan poner en alto grado de precariedad. Una elección interna es lo que para un paciente es la imprescindible cita con el médico antes de que la enfermedad lo agrave y lo ponga en peligro de muerte. Los partidos democráticos como el Liberal y el Nacional, requieren de las elecciones internas para sanar ciertas dolencias, negarles ese derecho fundamental es abonar a la anti-democracia, que es la mentalidad de las obcecadas mentes de izquierda.

A don Omar Rivera la experiencia política que le conocemos es haber sido asesor del ex aspirante liberal Esteban Handal, el célebre Toro Colorado, pero jamás lo hemos visto realizando tareas políticas importantes que llevan a foguearse con toda clase de líderes, ni mucho menos a pertenecer a los círculos donde está el summun del pensamiento político de un partido. Cuando se ingresa a estas lides de un partido como el Liberal o el Nacional, es que se aprende todo lo importante y lo no importante de los procesos políticos.

Partidos como el Liberal y el Nacional  no pueden perder el tren de la evolución, pueden tener sus tropiezos, pero cuando entran en juego las acciones de los pensadores de cada partido, el resultado que se busca es la salida a determinado problema. Y hoy, tanto el PL como el PN, amenazados por los partidos mágicos, están obligados a realizar sus procesos internos para depurarse, para sanar algunos males que como diviesos llenos de pus, requieren ser extirpados para que no terminen de infectar todo el cuerpo. Somos del criterio que ninguno de los partidos políticos históricos está alcanzando su caducidad, ni aún por el desprecio que personas como Omar Rivera, que viven de un cargo público producto de la plataforma política, le manifiestan en forma insensata, con unas luces totalmente desenfocadas, queriendo lucir como una gran personalidad, posición de la que está muy lejos todavía,  sobre todo porque se pone en la posición de gran crítico de los políticos, viviendo él de un cargo que emana de la decisión de un partido político hecho gobierno. Ni más ni menos, caso del gato queriendo cazar ratones sin darse cuenta que estos son los que le han dado el hueso para  lamerlo y relamerlo.

El talón de Aquiles de estas personas que no saben dónde están paradas, es que si bien obtienen un reconocimiento por un papel significativo que el  gobierno les asigna, de repente se creen con toda la autoridad para sentirse como un “coloso”,  y gritarles  a todos los demás,  lo que deben y no deben hacer. Se creen funcionarios “cinco estrellas” porque les encanta la perorata una vez que los reporteros les ponen la cámara y el micrófono.

Tienen que ponerse en juicio, y saber quiénes son realmente; tienen que aprender en primer lugar que para que exista el huevo, antes debe haber  una gallina para que ponga el ovoide. Los partidos políticos son los que generan el gobierno, y estos crean los cargos públicos y buscan las personas para desempeñarlos. Oponerse e insultar a los políticos es no tener siquiera la idea de que el cargo que desempeña es producto del trabajo de los políticos. Espero que el amigo haya entendido!





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